martes, 7 de octubre de 2008

Mar del Plata en el final del invierno




















No somos muy originales en el planteo de los objetivos de nuestros viajes y escapadas. Un fin de semana en Mar del Plata no es la excepción y hacia allí partimos con nuestra lista de visitas gastronómicas en la primera semana se septiembre. Tendemos -como todos- a generar rutinas y en MDP tenemos la propia cuando de comer se trata. Marcos siempre cuenta que cuando era un niño y veraneaba en esta ciudad se había propuesto una meta: "cuando sea grande voy a venir a comer a este lugar!!!!". Ese lugar es "Los Vascos". Un clásico que -  aún ante la ausencia de su alma mater y que vigila el lugar desde una fotografía enmarcada - mantiene su encanto y calidad intactos. Como siempre, platos compartidos: gambas al ajillo, mejillones a la provenzal y calamares en su tinta. La atención de las "chicas" siempre impecable y la carta de vinos, corta y marplatense; léase: un viaje  a la oferta de los '80 con predominancia de blancos que los locales  consumen con preferencia indiscutida sobre los tintos. Otra opción: un champagne. El café lo tomamos en el Doria II, en el barrio del puerto sobre 12 de octubre. El café exquisito y con una oferta de barra increíble y de primera calidad. No se lo pierdan. 
La mañana siguiente:  la caminata de rigor hasta el puerto a pesar del frío helado invernal que nos llevó a visitar los lobos marinos y los barcos y hacer tiempo para almorzar en Viento en Popa, quizás el mejor restaurante de  la ciudad. De reserva ineludible, este populoso restaurante es una maravilla. Recomendamos los pescados fresquísimos a la plancha y con rúcula. Probamos en visitas anteriores las trillas pero esta vez fue chernia. Lo sirven con la rúcula fresca  con ajos dorados y alcaparras y aceite de oliva. im-pre-sio-nan-te. La carta está escrita a mano fotocopiada, con una carta de vino una tanto más amplia que la media de la ciudad.
A la noche, nos desplazamos hasta " Perales" (San Lorenzo esq. Dorrego Tel: 472-6971) para comer lechón. Una carta concreta y especializada como pocas he visto en mi vida, que incluye solo pocas opciones: chorizos, bife de chorizo, lechón, sesos a la parrilla. Un local pequeño en esquina atendido por la familia donde nada sobra pero tampoco falta. Mesas de fórmica pero impecables. De entrada nos decidimos por compartir los sesos a la parrilla y luego una porción de lechoncito. La perfección del plato es directamente proporcional a la tradición del lugar y la especialización. Absolutamnte recomendable.
Encaramos para el casino a tomarnos un jack daniels recorriendo las mesas de black jack y la ruleta y observando la fauna pero absteniéndonos de participar. Cruzamos  la calle y nos tomamos un cafecito en la Boston con algo dulce.
El domingo al mediodía siguiendo recomendaciones de los lugareños y tras el mito de que la pasta en la ciudad es mejor por el agua, visitamos una cantina "El Rey del Calzone" (Esteban Echeverría esq. Gaboto Tel: 481-6895). Público  100% local, cantina al uso nostro con una amplia carta de pizzas y pastas. Probamos la pasta pero no nos enamoró. Nos quedó probar Tiziano para la próxima.
Otras opciones en viajes anteriores que resultaron interesentes: el rincon basko y pontevedra.

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