Francesco

Jueves a la noche. Buenos Aires esta fresco y humedo. Esta sensación me trajo al cuerpo el clima de Lima. Una buena excusa para probar este restaurant peruano. Las referencias que tenía eran buenas. Habia llegado a mis oídos que era mejor que el Astrid y Gastón local. Hicimos la reserva sin problemas una hora antes y las 9.30 llegamos a Sinclair y Demaría, esquina con larga historia gastronómica en Buenos Aires. El ambiente en general es bastante formal, valet parking, portero, recepcionista. El público tambien es formal. No es precisamente un lugar joven. Las mesas son cómodas y estan bien distribuidas. El personal es en gran parte peruano, muy profesionales y atentos, conocen bien la carta y estan en condiciones de guiar al cliente. La carta es sencilla, cebiches y tiraditos, pescados a la plancha y arroces. Alguna opción de carne para algún desprevenido. Decidimos compartir 3 platos. Arrancamos con un cebiche francesco, muy bien servido, picantito (nos consultaron por el grado de picor), fresco, sabroso, generoso. Seguimos con un lenguado a la plancha que viene sobre un arroz saltado con pasas, y una salsa de maracuja. Muy buen equilibrio en el plato entre la untuosidad del arroz y la acidez de la fruta. Para terminar la faena llego un tacu tacu de pescados y mariscos, una especie de empanada de arroz y maíz rellena, sabroso y contundente. El vino que elejimos fue un Pinot Noir, Mariflor de Rolland, fresco y equilibrado, acompañó muy bien la excursión marítima. Con respecto a la carta de vinos, tiene muy buenas opciones de malbec y blends, pero todos estos un tanto "pesados" para la comida que se sirve. Poco pinot o syrah, un solo merlot. De blancos bien. Espumantes también.

Para terminar una torta de 3 leches, un bizcochuelo húmedo, muy rico.

Una muy buena experiencia. La próxima visita será para probar mas cebiches y tiraditos.